domingo, 8 de julio de 2012

Devuelto

Fue mi primer día en el trabajo, sin serlo realmente. Llegué a mi oficina, con mis cuadros, mis portarretratos, mis libros, mis muñequitos y mi música. Todo estaba impecable, como si nunca lo hubiera dejado.

Caminé por los pasillos saludando gente a la que en algunos casos extrañaba, y a otra que no me interesaba particularmente ver. Di vueltas por todo el quinto piso, saludé a cada uno que me crucé, y me fui a buscar mi mate. Y ahí estaba tras las puertas del armario de la cocina, esperándome como siempre. Pero al lado estaba ese otro mate chiquito y bien pulido, con patitas de metal y su bombilla en flor. Con mezcla de sorpresa y tristeza, quise preguntarle: ¿Qué hacés acá tan solo?

Me fui a mi oficina apurado y en silencio para que no me vieran los ojos, para que no se dieran cuenta de que el mate que llevaba no era el mío, y me encerré a tomar unos amargos mirando la nada, muerto de ganas de que el mate viniera con su dueña, para poder abrazarla, para decirle cuánto la extraño y la quiero, para poder charlar en paz de tantas cosas.


2 comentarios:

  1. Devolver: poner una cosa en el sitio de donde se ha quitado. En ese único sentido podrá decirse que fue devuelto el matecito o, en su caso, el autor. Otras versiones hablan de un legado a favor de una amiga de la dueña, y otras de que fue él mismo el que eligió volver y quedarse, un poco solo, sí, en el quinto sur.

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    1. Disfruté ver jugar a las palabras en este escondite tan nuestro, por la alegría de leerte, que es inocultable; por entender el regreso al quinto piso del mate amigo; por haber abierto la puerta para contarte que el autor, el devuelto, sigue muerto de ganas de verte, de abrazarte y de mirarte en silencio para que sepas lo que ni hace falta que te diga. Qué ganas me dieron de unos mates con "la dueña"! (To be continued...)

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